En el marco de la presentación de la Memoria y Estados Financieros Consolidados del 2020, Andrónico Luksic Craig, presidente de Quiñenco S.A., repasó los hitos del año en nuestras filiales y las implicancias de la pandemia de Covid-19 en Chile y el mundo.
A continuación la carta completa:
Les presento la Memoria y los Estados Financieros Consolidados de Quiñenco S.A. correspondientes al año 2020, un período marcado por la pandemia de Covid-19, que ha traído muerte y dolor, ha afectado a la economía y ha limitado la forma de vida de millones de personas en el mundo. Chile no ha sido una excepción.
Nuestras empresas también sufrieron estos efectos. Desde el comienzo de la crisis sanitaria, la prioridad para Quiñenco y sus filiales fue salvaguardar la vida de sus trabajadores y, paralelamente, mantener nuestras operaciones para no afectar la cadena de suministros.
Haber cumplido esa tarea fue el gran logro de 2020, al que se sumaron los esfuerzos especiales que hicieron todas nuestras compañías para ir en apoyo de la comunidad. Esto solo fue posible gracias al esfuerzo y talento de los más de 68 mil trabajadores de Quiñenco y sus empresas en Chile y el mundo. Vaya para ellos un público agradecimiento y un reconocimiento muy especial por su dedicación, entrega y compromiso.
Si hay algo que la crisis del Covid-19 puso a prueba en las empresas, fue su flexibilidad y resiliencia. Por eso, al término del ejercicio 2020, podemos mirar con orgullo lo sucedido: los resultados que ustedes verán detallados a lo largo de esta memoria, no son fruto del azar ni de la coyuntura, sino reflejo de que la estrategia que hemos seguido durante años, ha sido la correcta.
En un contexto adverso, que afectó a la mayoría de nuestras filiales, el crecimiento de 17,7% en las utilidades de Quiñenco estuvo impulsado fundamentalmente por las dos compañías más globales del holding, la naviera alemana Hapag-Lloyd y la multinacional francesa Nexans.
Quiero destacar especialmente el caso de Hapag-Lloyd, principal activo de Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV), una empresa centenaria que atravesaba por el período más difícil de su historia cuando Quiñenco, en 2011, tomó la decisión de ingresar a su propiedad. Desde entonces, fueron 10 años de mucho esfuerzo, económico y humano, con aumentos de capital a los que concurrimos con más de US$1.000 millones, que permitieron reestructurar esa compañía, con una gestión de excelencia, y convertirla en un muy buen complemento para fusionarse con Hapag-Lloyd en 2014 y transformarse así en uno de los principales accionistas de la naviera alemana, hoy la quinta más relevante del mundo. Hacia fines de 2020, luego de superar el momento más difícil de la pandemia, Hapag-Lloyd reportó un EBITDA de US$3.082 millones, creciendo 38,6% respecto del año anterior, y una utilidad de US$1.058 millones. Así, por primera vez en una década, CSAV repartirá dividendos.
Este ejemplo es especialmente significativo en los momentos que vivimos hoy, pues refleja la esencia de hacer empresa: tener una visión de largo plazo, asumir riesgos, invertir, construir los mejores equipos humanos y, junto a ellos, con compromiso y dedicación, pavimentar un camino de crecimiento y desarrollo que, en este caso en particular, consolidó una exitosa ruta de internacionalización. Nada viene de la noche a la mañana y nada llega sin esfuerzo, sacrificio y sin aceptar riesgos empresariales, fundamentales para transformar una compañía casi quebrada en una empresa próspera y con un gran futuro.
En el caso de Nexans, esta logró en 2020 mitigar los efectos de la crisis mundial y su impacto sobre sus ventas, revirtiendo las pérdidas de 2019 y alcanzando una ganancia neta de €78 millones en 2020. Recientemente, la multinacional francesa anunció una estrategia destinada a focalizar sus actividades en cuatro sectores, poniendo en el centro la electrificación y su cadena de valor, desde la generación hasta la transmisión, distribución y uso de la energía. El futuro de la compañía está muy relacionado con el desarrollo de las energías renovables no convencionales, lo que nos motiva doblemente.
El aporte de SM SAAM al desempeño de Quiñenco subió en 2020, en gran medida también por su presencia internacional. El resultado de los terminales portuarios en los que participa, particularmente en Chile, fue impactado por la crisis sanitaria y el cierre de puertos por altura de ola. Esto se vio compensado por el impulso que tomó el área de remolcadores con las operaciones en Brasil, sumado entre otros factores a una ganancia asociada a la participación que adquirió en Aerosan para llegar al 100% de la propiedad. Recientemente, SM SAAM concretó la compra del 70% de Intertug, para iniciar operaciones de remolcadores en Colombia y fortalecer su presencia en México y Centroamérica.
En Banco de Chile, la utilidad se redujo en 21,9%, reflejando un alza en las provisiones por riesgo de crédito, incluyendo también el impacto de la crisis por el Covid-19. En un período que marcó el debut de la portabilidad financiera, la institución reforzó su liderazgo y concretó importantes avances, especialmente en transformación digital, con el lanzamiento de la cuenta FAN, su primera cuenta vista 100% digital, la que a diciembre de 2020 había sido preferida por cerca de 150 mil clientes, que a la fecha son ya más de 260 mil. En medio de la crisis sanitaria, Banco de Chile se volcó en apoyo a la comunidad, con medidas como la postergación de cuotas crediticias y el impulso de iniciativas en directo beneficio de pequeños y medianos emprendedores.
Del mismo modo, CCU, empresa en que junto a Heineken acabamos de incrementar nuestra participación, hizo grandes esfuerzos en la lucha contra la pandemia. Quiero destacar, a modo de ejemplo, su innovación social para entregar a la autoridad sanitaria alcohol gel y protectores faciales, elaborados a partir de sus procesos productivos. Si bien los resultados de la compañía fueron un 26,1% inferiores a los de 2019, mostrando el efecto de la crisis sobre las ocasiones de consumo y el impacto de las devaluaciones de las monedas locales frente al dólar en Argentina y Chile, la empresa tuvo la flexibilidad necesaria para recuperar terreno hacia fines de 2020, con un incremento de 2,2% en sus volúmenes consolidados.
El desempeño de Enex también se contrajo en el ejercicio, un 68,4%, principalmente por la caída en el precio del petróleo y la menor afluencia de público en estaciones de servicio. Sin embargo, la empresa pudo continuar su estrategia de internacionalización, estableciendo su matriz en Reino Unido; inaugurando en Paraguay las primeras estaciones bajo marca Enex; e incorporando nuevos puntos a la red de 41 travel centers de Road Ranger en Estados Unidos, donde hoy unimos siete estados desde Michigan a Texas.
Así, recordaremos 2020 como un año muy difícil y desafiante, que en Quiñenco y nuestras filiales sacamos adelante con una diversificación internacional desplegada durante años, y gracias al invaluable aporte de quienes, con su trabajo, esfuerzo y protegiendo su salud, lo han hecho posible.
A nivel país, dentro de pocos días, si la situación sanitaria lo permite, Chile iniciará un proceso inédito en nuestra historia, con la elección de los integrantes de la Convención Constitucional, quienes deberán proponer una nueva Carta Fundamental a la ciudadanía.
Se trata de un desafío enorme, no exento de los riesgos e incertidumbres propios de un espacio de deliberación destinado a normar nuestra vida en sociedad. Chile, democráticamente, escogió ese camino, el que debemos abordar como la oportunidad de reencontrarnos, vencer prejuicios y confrontar con respeto distintas visiones, para que el resultado sea efectivamente un texto que nos una.
Los 155 constituyentes que sean electos tendrán en sus manos el futuro de Chile. Esperamos que actúen con responsabilidad y disposición al diálogo, que no teman a los acuerdos y debatan escuchando, aportando ideas constructivas y tomando las mejores decisiones. Que sean capaces de rescatar lo que ha permitido al país avanzar y que hagan los cambios necesarios para reflejar a la sociedad de hoy, más horizontal y participativa, contribuyendo al entendimiento, la estabilidad y prosperidad, dentro de un contexto de plena libertad. Que den espacio al emprendimiento, la inversión y el crecimiento, fundamentales para disminuir las desigualdades, para que nadie se quede atrás y Chile encuentre soluciones a problemas sociales de larga data.
Necesitamos un proyecto país que venza las divisiones y cálculos electorales y que, en paz, nos convoque a todos, poniendo siempre primero el bien de Chile.
El desafío es enorme y se iniciará en un contexto de gran debilidad social y económica producto de las consecuencias que está dejando la pandemia. El Covid-19 sigue siendo una amenaza. No bajemos la guardia.
Cuidémonos entre todos y cuidemos Chile, para de verdad construir un mejor país, con oportunidades para todos.